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Corremos mapas. Diseñamos preguntas.

Diseño especulativo, trazabilidad corporal y políticas públicas del movimiento urbano.

Correr no es solo moverse: es trazar, resistir, imaginar.

Cada cuerpo que corre escribe un mapa. No solo en términos de kilómetros recorridos, sino de calles habitadas, bordes evitados, rutas elegidas o impuestas. Correr es una forma de marcar el territorio, de reclamar presencia en un entorno que no siempre está diseñado para el movimiento libre, seguro o digno.

Lo invisible: en los cuerpos que corren como gesto político cotidiano, en la ciudad como interfaz desigual y en el diseño como herramienta para especular futuros posibles de movilidad, justicia espacial y habitabilidad urbana.

El cuerpo como dispositivo de trazabilidad

Correr transforma al cuerpo en un sensor.
Cada zancada registra temperatura, textura de banqueta, inseguridad, contaminación, falta de alumbrado e interacciones con otros cuerpos.

Según la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU 2024), el 67.5 % de las personas que hacen ejercicio al aire libre en ciudades mexicanas evita ciertos horarios o zonas por miedo a la violencia o acoso.

¿Qué ciudad diseña esos cuerpos vigilantes y autovigilados?

Mapas invisibles: datos, emociones y geopolítica urbana

No todos los mapas se dibujan con calles.
Existen rutas emocionales, trayectorias inseguras, huellas de experiencias previas, territorios donde no se corre… por miedo, exclusión o falta de infraestructura.

En la CDMX, solo el 22 % de las colonias periféricas cuentan con espacios deportivos públicos en condiciones adecuadas (Fuente: Diagnóstico CONADE, 2023).

Esto genera una cartografía de acceso desigual al movimiento corporal y al bienestar.

Desde el diseño especulativo, ¿cómo podríamos mapear la ciudad desde la percepción corporal, emocional y política?

Diseñar preguntas, no solo soluciones

El diseño especulativo no busca resolver rápido, sino incomodar, abrir posibilidades, imaginar futuros alternos.
En vez de “¿cómo hacemos una mejor app para runners?”, podríamos preguntarnos:

¿Qué rutas serían visibles si el running se pensara desde los cuerpos más vulnerables?

¿Qué pasaría si diseñáramos calles desde las pisadas, no desde los autos?

¿Cómo luciría una ciudad donde correr no fuera privilegio sino derecho cotidiano?

Colaborar para correr: diseño como red territorial

La colaboración no es solo entre diseñadores: es entre vecinos, activistas, runners, urbanistas, colectivos de movilidad, ciclistas, todxs.

Según datos de ONU-Habitat 2024, los entornos urbanos co-diseñados por comunidades tienen un 34 % más de uso y mantenimiento que los implementados desde arriba sin consulta ciudadana.

¿Y si los corredores se convirtieran en cartógrafos activos del espacio público?

El futuro del running no está en la velocidad, sino en la pregunta

Correr puede ser un acto de fuga o un acto de presencia.
Puede ser consumo o puede ser activación.
Depende de qué cuerpo corre, por dónde, con quién, para qué… y de qué diseño lo acompaña.

Desde Runner X Diseñador, creemos que el diseño especulativo puede correr al lado de quienes imaginan otras formas de moverse, de encontrarse, de transformar la ciudad.

Runner X Diseñador
Diseñamos lo que mueve. Corremos lo que pensamos.

Correr es político

El diseño como herramienta de activismo en carreras con causa, marchas deportivas y activaciones por derechos humanos

Cuando correr también es reclamar la ciudad

Correr es político. Y siempre lo ha sido, aunque intenten venderlo como “neutralidad deportiva”. Cuando tomamos las calles para correr, intervenimos el espacio público. Cuando corremos organizados, habitamos territorios, visibilizamos cuerpos y, muchas veces, replicamos o desafiamos narrativas de poder.

En un escenario global donde el espacio público es campo de disputa, los maratones y medios maratones se convierten en espejos de los conflictos sociales de cada ciudad.

¿Quién corre?
¿Quién no puede correr?
¿Quién decide por dónde corremos?
¿A quién beneficia la carrera y a quién deja fuera?

Este artículo disecciona desde el pensamiento del Diseño Crítico la gran contradicción del running masivo: el deporte que presume de ser inclusivo pero que muchas veces replica desigualdades estructurales. Usamos como eje el Maratón y Medio Maratón de la Ciudad de México 2025, casos internacionales, y cuestionamos marcas y gobiernos que instrumentalizan el correr sin resolver los problemas que sus carreras supuestamente denuncian.

1. Correr es diseño… y también política pública

El Diseño Crítico propone que el diseño no solo debe resolver problemas comerciales, sino hacer visibles los problemas incómodos. Bajo esta óptica, correr es una coreografía diseñada: rutas, señalética, tipografía, imágenes de marca. Pero también es una puesta en escena de políticas públicas: movilidad, seguridad, derecho al espacio público.

La Ciudad de México, a través del Instituto del Deporte, promueve el Medio Maratón bajo el lema «Por una ruta libre de violencia» y el Maratón como «Por una Capital de Transformación y Derechos». Sin embargo:
La zona centro se bloquea para la carrera, pero ¿se garantiza ese derecho al tránsito seguro todos los días para mujeres, disidencias y personas racializadas?

El gobierno promueve “ciudad del deporte”, mientras sus políticas ciclistas están estancadas y no hay infraestructura pública de acceso universal.

¿Qué pasa cuando las mujeres corren en Chapultepec o Reforma en días comunes y son acosadas?
Diseñar un maratón sin diseñar ciudad es solo un espectáculo efímero.

2. Cifras que no deberíamos celebrar sin crítica

El Medio Maratón CDMX 2025 registró más de 30,000 corredores, el 50 % bajo programas con causa. Sin embargo, en los barrios periféricos el acceso a espacios deportivos públicos seguros sigue siendo inferior al 15 % (INEGI 2024).

Las medallas y kits exhiben mensajes de “no violencia”, mientras el Observatorio Nacional Ciudadano señala que 8 de cada 10 mujeres no se sienten seguras corriendo solas en la vía pública.

El Maratón presume reactivación económica, pero más del 90 % de los proveedores son grandes corporativos, dejando fuera a cooperativas o productores locales.

3. Activismo o mercantilización: el dilema en las carreras con causa

  • En teoría, las carreras visibilizan problemáticas. En la práctica, son una zona cómoda para marcas:
    Marcas globales promocionan diversidad mientras precarizan trabajadoras del sur global.
  • Bancos y aseguradoras visten playeras contra la violencia mientras financian proyectos que expulsan comunidades.
  • Gobiernos locales usan la foto del maratón mientras recortan presupuestos a cultura y deporte comunitario. ¿Es realmente activismo si debes pagar inscripción para apoyar?
    ¿Qué sentido tiene correr “por una causa” cuando las instituciones responsables no resuelven esas causas?

4. Casos internacionales que exponen y cuestionan

Nueva York: visibiliza causas raciales, pero es inaccesible para corredores racializados por sus altos costos.

Palestina: Right to Movement Marathon se corre bajo ocupación militar, resistencia desde el trazo.

Canadá: campañas como “Running Until Dec 10” visibilizan violencia de género pero sin resultados estructurales.

5. ¿Qué diseño necesitamos entonces?

Cartografías de memoria: rutas que recorran sitios de memoria feminista, disidente e indígena.
Señalética que visibilice zonas de exclusión: barrios sin acceso deportivo ni movilidad digna.
Experiencias participativas que rediseñen la ciudad más allá del evento.
Compromiso de marcas más allá del día de carrera.

Correr es político, siempre

El reto no es vestir una ciudad con slogans por un día, sino garantizar el derecho al movimiento, al juego, al deporte todos los días.

Desde Runner X Diseñador creemos que correr puede ser herramienta de cambio, pero solo desde la crítica y la conciencia.

Runner X Diseñador
Diseñamos lo que mueve. Corremos lo que pensamos.